martes, 18 de julio de 2017

Alamut. Vladimir Bartol.


Un tema nos gustaba por encima de los demás: el examen de las posibilidades del conocimiento. "Un conocimiento total y definitivo es imposible -proclamaba-, pues nuestros sentidos mienten. Pero son los únicos mediadores entre las cosas que nos rodean y lo que conoce de ellas nuestra razón." "Es exactamente lo mismo que afirmaban Demócrito y Pitágoras -observaba yo-. Por eso la gente los condenó por impiedad, mientras ponían por las nubes a Platón que los llenaba de fábulas." "Así han sido siempre las multitudes -seguía Omar-. Temen la incertidumbre, por eso prefieren una mentira bien servida que cualquier conocimiento, por elevado que sea, que no les ofrezca un punto de apoyo sólido. El que quiera ser un profeta para las multitudes debe actuar con ellas como los padres con sus hijos: debe alimentarlas de leyendas y de cuentos. Esta es la razón para que el sabio se mantenga lejos de ellas."