- Me pregunto si matar a Ambacto no es matar un poco esas esperanzas
-concluyó.
Ella frotó su mejilla contra él.
- Ambacto es un mal hombre y
todo lo que dices le hace más merecedor de la muerte, no menos. El país
está lleno de gentuza como él. Se aprovechan de la desgracia ajena.
Llaman a las armas contra los romanos, pero lo único que buscan es su
provecho personal. No te equivoques, los nuestros no les importan nada y
les están robando esa esperanza que tú dices, que es lo único que muchos
tienen.