martes, 9 de diciembre de 2014

Los renglones torcidos de Dios. Torcuarto Luca de Tena.

...estuvo más preocupada de sí misma y de lo que los otros pensarían de ella que de observar y pensar en los demás.

martes, 11 de noviembre de 2014

Azorín. Los niños en la playa.


- Habitualmente, el pasado para mí es un caos negro, un espacio tenebroso. No quiero ver nada en él; es grato para mí el no distinguir nada en mi pasado; tengo así la sensación de ser siempre joven, de ver siempre nueva la vida.

Cormac McCarthy. El Consejero.


WESTRAY: ...¿La conoces bien, a ella?
CONSEJERO: No tanto como bien. ¿Por qué lo dices?
WESTRAY: Porque a una persona no la conoces hasta que sabes lo que quiere.
...

JEFE: ...No soy quién para decirle lo que debería haber hecho. O dejado de hacer. Solo sé que el mundo en el que intenta enmendar sus errores no es el mundo en el que fueron cometidos. Está en una encrucijada y piensa qué camino debe elegir. Aquí no existe más que la aceptación. La elección se hizo tiempo atrás.
Silencio
JEFE: ¿Sigue usted ahí?
CONSEJERO: Sí.
JEFE: No quisiera disgustarlo, pero a menudo las personas reflexivas comprueban que no tienen los pies firmes en la tierra. En cualquier caso, preparar un espacio en nuestras vidas para las tragedias que han de venir es un ahorro que muy poca gente está dispuesta a hacer.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Ray Bradbury. Leviatán 99.


Así que navegué entre gritos de aves, brillantes cometas y tormentas un sábado, a finales de verano de este año... en mi salvaje viaje por el aire, un pájaro veloz entre los recuerdos de los antiguos sueños aéreos de Da Vinci. Me calentaba el verdadero fuego de los grandes pájaros de acero, y sentía que las compuertas del enorme universo que me esperaba abrían de par en par mi alma.

martes, 9 de septiembre de 2014

Bruce Chatwin. En la Patagonia.



Amaba a su país con la vehemencia de la segunda generación de inmigrantes, y a veces el patriotismo se le subía a la cabeza.

viernes, 29 de agosto de 2014

Dashiell Hammett. El halcón maltés.


La cara de Spade se había cubierto ahora de un tinte amarillento. Sus labios sonrieron, y algunas arrugas se marcaron alrededor de sus ojos chispeantes.
Su voz era suave, gentil. Dijo:- Voy a entregarte a la Policía. Lo más probable es que escapes con vida. Eso significa que saldrás en libertad dentro de veinte años. Eres un encanto. Te esperaré hasta que vuelvas -se aclaró la garganta-. Y si te ahorcan, te recordaré siempre.

sábado, 26 de julio de 2014

Paul Benjamin (Paul Auster). Jugada de presión.


Al llegar la primavera, vi que me estaba refugiando en la infancia, que trataba de poner un poco de orden en mi mundo sumergiéndome en una época en la que la vida aún parecía llena de esperanzas. Una de las cosas que empezaron a interesarme de nuevo fue el béisbol... Estaba esperando la ocasión, preparándome para abandonar el barco.
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Chapman era un ídolo casi demasiado perfecto. Alto y bien parecido, siempre hablaba abiertamente con la prensa, nunca negaba autógrafos a los niños. Además, había estudiado Historia en Dartmouth, tenía una mujer bella y refinada y hacía otras cosas aparte de jugar al béisbol. No era el tipo que se espera ver en un anuncio de desodorante.
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...Colgué con chinchetas una gran reproducción de La torre de Babel de Brueghel, regalo de la librería de mi barrio por cada compra de dos libros... La pintura muestra la torre inacabada que se eleva hacia el cielo y una multitud de diminutos obreros y animales, afanados en la construcción del monumento más colosal que jamás se erigiese a la presunción humana. Nunca dejaba de recordarme Nueva York, y me ayudaba a tener presente que el sudor y el esfuerzo siempre acaban en nada. Era mi forma de mirar las cosas con cierta perspectiva.

Philip K. Dick. El hombre en el castillo.


No comprendían, sobre todo, el desamparo del hombre. Soy débil, pequeño, una entidad insignificante en la vastedad del universo. El universo no advierte mi presencia, soy invisible. ¿Y por qué corregir esa situación? Los dioses destruyen todo lo que ven. Si uno admite la propia pequeñez escapa a los celos de los grandes.

domingo, 29 de junio de 2014

Marisa Monte - Sono Come Tu Mi Vuoi

La incomparable Marisa Monte interpretando "Sono come tu mi vuoi", maravillosa canción compuesta por Bruno Canfora en los años 60 y que inmortalizó la gran Mina Mazzini.


viernes, 13 de junio de 2014

Almudena Grandes. El corazón helado.


... Aquí, un buen día, muy despacio, con mucho trabajo, mucho esfuerzo de unos pocos, empezó a brotar la hierba en una esquina del desierto y fue mérito de todos... Cómo no comprender, cómo no conceder el beneficio de la comprensión a tanta gente pequeña. empeñada en sobrevivir en un país pequeño, y pobre, y atrasado, ... donde se divide entre todos el mérito de unos pocos y la responsabilidad de unos pocos se multiplica por todos para que nadie tenga nunca ningún mérito ni responsabilidad alguna, porque las cosas pasan solas, como por arte de magia o porque no les queda más remedio que pasar... Y eso es lo más práctico... mientras el prestigio moderno de la gente pequeña que hace lo que sea por sobrevivir oponga su transparente actualidad al caduco prestigio de los hombres y las mujeres admirables, tan anticuados por otra parte, tan inservibles en realidad, tan fastidiosos en su abnegación, en su terquedad, en la esterilidad de su sacrificio...

viernes, 14 de marzo de 2014

Butcher´s Crossing. John Williams.


El silencio quedó bruscamente interrumpido por el súbito crujido del cuero trenzado cuando Charley Hoge soltó un latigazo por encima de los bueyes al tiempo que, con voz estridente y explosiva gritaba: "¡Arre!".
Los bueyes se tensaron contra el peso del carro, arañando y pisoteando la tierra con un ruido sordo, hasta que las ruedas gimieron en sus ejes de nogal. Se produjo un momentáneo barullo sonoro: madera tensada contra su grano; cuero crudo y cuero curtido chasqueando al unísono y produciendo un chirrido penetrante; y tintineo de metal contra metal; luego el sonido derivó en un murmullo a medida que las ruedas giraban y el carro empezaba a moverse con lentitud detrás de la yunta de bueyes.
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- ¡Jóvenes! - dijo McDonalds con desdén -. Siempre pensáis que hay algo por descubrir.
- Si, señor - dijo Andrews.
- Pues no hay nada, ¿entiendes? Naces, mamas mentiras, te crías en casa con mentiras, aprendes otro tipo de mentiras en la escuela. Toda una vida llena de mentiras, y luego, cuando ya vas a morir, tal vez te das cuenta de que no hay nada, nada salvo tú mismo y lo que podrías haber hecho. Pero, claro, no lo hiciste porque esas mentiras decían que había algo más. Y entonces te das cuenta de que podías haber tenido el mundo entero, siendo el único que conoce el secreto... Pero ya es demasiado tarde. Te has vuelto viejo y ya no hay marcha atrás.

viernes, 21 de febrero de 2014

Joseph Heller. Trampa 22.



- En el hospital hay un psiquiatra titulado que me ha examinado, y ese ha sido su veredicto. Soy un demente.
- ¿Y qué?
- ¿Cómo que y qué? - a Yossarian no le cabía en la cabeza que el doctor Danika no lo comprendiera -.  ¿No te das cuenta de lo que eso significa? Puedes darme de baja y enviarme a casa. No van a mandar a luchar a un loco para que lo maten, ¿no?
- Y si no, ¿quién iría?
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La enfermera Sue Ann Duckett era una mujer alta, esbelta, madura y de espalda muy recta con un trasero prominente y redondo... Era eficaz, hábil, estricta e inteligente. Aceptaba de buena gana las responsabilidades y no perdía la cabeza en momentos de crisis. Era adulta y autosuficiente y no necesitaba nada de nadie. A Yossarian le dio lástima y decidió ayudarla.
...

El capellán había pecado y se alegraba. El sentido común le decía que mentir y abandonar sus deberes eran pecado. Por otra parte, todo el mundo sabía que el pecado era algo malo y que del mal no podía salir nada bueno. Pero se sentía bien; se sentía maravillosamente. La consecuencia lógica era que mentir y abandonar los deberes no podían considerarse pecados. En un momento de divina intuición, el capellán había logrado dominar la útil técnica de la racionalización protectora, y desbordaba alegría con su descubrimiento. Era milagroso. Comprendió que casi no había que hacer trampas para transformar el vicio en virtud, el embuste en verdad, la impotencia en abstinencia, la arrogancia en humildad, la estafa en filantropía, el robo en honradez, la blasfemia en sabiduría,la brutalidad en patriotismo y el sadismo en justicia. Cualquiera podía hacerlo; no requería una inteligencia especial. Simplemente requería falta de carácter.

jueves, 13 de febrero de 2014

Franz Kafka. El paseo repentino.

Cuando uno parece haberse decidido definitivamente a pasar la velada en casa, cuando se ha puesto la bata, se ha sentado después de la cena frente a la mesa iluminada y ha comenzado algún trabajo o algún juego, después del cual podrá irse tranquilamente a la cama, como de costumbre; cuando afuera hace mal tiempo y quedarse en casa parece lo más natural; cuando ya hace tanto tiempo que uno está sentado a la mesa que el mero hecho de salir provocaría la sorpresa general; cuando, además, el portal está a oscuras y la puerta de la calle trancada, y cuando a pesar de todo uno se levanta, presa de repentina inquietud, se quita la bata, se viste con ropa de calle, explica que se ve obligado a salir, y después de una breve despedida sale, creyendo haber provocado mas o menos indignación según la brusquedad con que cierre la puerta; cuando uno se encuentra en la calle y ve que sus miembros responden con singular agilidad a esa inesperada libertad que se les ha concedido; cuando gracias a esta decisión uno siente reunidas en sí todas las posibilidades de decidir; cuando uno comprende con más claridad que de costumbre que posee más poder que necesidad de provocar y soportar con facilidad rápidos cambios, y cuando uno recorre así las largas calles, entonces, por una noche, uno se ha distanciado completamente de su familia, que se desvanece en la nada, y, convertido en una silueta vigorosa y de atrevidos y negros trazos, golpeándose los muslos con la mano, adquiere su verdadera imagen y estatura.
Todo esto resulta más fuerte aún si a esas altas horas de la noche uno decide ir a casa de un amigo para ver cómo le va.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Lorenzo Silva. Niños feroces.



En la vida, y cuando llega la hora de la lucha se ve claro, no hay cosas buenas y malas, sino mejores y peores.